«No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual, somo seres espirituales teniendo una experiencia humana» Pierre Teilhard de Chardin.
Para las antiguas tradiciones espirituales, este punto de vista, ha sido la premisa que sirve de cimiento o base para entendernos a nosotros mismos como seres humanos, para entender al mundo y para entender nuestra experiencia en el.
La práctica de yoga y meditación, está construida alrededor del hecho de que a través de nuestro cuerpo físico podemos tener una experiencia de nuestra verdadera esencia espiritual. a través de la práctica, nos volvemos más conscientes de la corriente energética que está presente en todo ser, en toda manifestación material.
El elemento del Espíritu.
Esta existencia se despliega en el espacio, el éter, en sánscrito llamado Akasha, el más sutil de los cinco elementos.
El elemento de Éter tiene espacio para que el otro elemento surja y, en última instancia, regrese al espacio vacío una vez más. El éter también se llama el elemento del Espíritu. Cuanto más damos espacio a este elemento más sutil de nuestro ser, más podemos ir más allá de las limitaciones físicas del tiempo y el espacio psicológicos relacionados con las tres dimensiones, podemos comenzar a abrirnos a otros niveles del ser.
Es muy interesante como al trabajar con nuestros cuerpos físicos en asana, nuestra respiración en pranayamas, nuestra voz con el canto de mantras, puede darnos acceso a lo intangible, al reino del espíritu. Estas herramientas nos ayudan a calmar nuestras mentes, a recuperar nuestra atención dispersa del mundo del nombre y la forma y a llevar nuestra conciencia de vuelta a su fuente.
Tienes todo un año por delante para poner todo esto en práctica, aprender las herramientas que te ofrece el kundalini yoga, es de vital importancia en esta era de acuario.
¡Vive consciente, vive presente, que tu verdadera esencia te sea revelada!