Había un pescador tumbado en la playa, dormitando al sol. Ya había terminado su día de pesca, y tras almorzar, llegó la hora de descansar. Un comerciante le vio tumbado lánguidamente y le preguntó :
-¿Como es que hoy no trabajas?.
-Ya he concluido mi trabajo.Esta mañana salí con mi pequeño barco, después pesqué algunos peces, vendí algunos y cociné otros y me los comí; ahora es momento de descansar, dijo el pescador.
-Pero aún podrías pescar algunos peces más, ¿no?, preguntó el comerciante.
-¿ y porque iba a hacerlo?, preguntó sorprendido el pescador.
-Así ganarías más dinero y podrias comprar un barco más grande, con grandes redes y capturar más peces, contestó el comerciante.
-¿ Para qué?, preguntó el pescador.
-Bueno..así podrías tener una flota de barcos, crear una empresa y ganar muchísimo dinero, dijo el comerciante.
-¿ Y entonces qué?, preguntó el pescador sin entender nada.
-Entonces podrías jubilarte y estar todo el día tumbado en la playa, sin preocupaciones, dijo el comerciante.
-! Pero si eso es precisamente lo que estoy haciendo ahora, el futuro no me preocupa¡ . Soy feliz, lo que tengo me satisface. Me siento afortunado con el mar, con la luz del sol y con mucho tiempo para disfrutar de la vida. ¿ Por qué tendria que esforzarme tanto?.
El comerciante que al principio no supo que decir, pero pronto se alejó sonriente.
El pescador vivia la vida sátvica, aquí y ahora, tenía paz.
Desde la filosofía yóguica, se habla de tres fuerzas, las Gunas, fuerzas que gobiernan la naturaleza e iluminan a los seres humanos, estas fuerzas son, satva, rajas y tamas.
Un estilo de vida sátvico, nos premite trasformar y sanar nuestra vida y ayudar a sanar el mundo.
Pon presencia en cada momento de tu presente, vive el aquí y ahora, quizás, ya tienes todo lo que necesitas. Perdona vida, por todos los momentos que olvidé vivirte.